
Y cuando desperté, el WI-FI marcaba "sin conexión". Corrí a revisar el módem, lo examiné, lo ausculté desde diversos ángulos y el foquito seguía sin prender. Estaba desesperado, ya no iba a enterarme de quién era Ho Chin Min con solo un click, ni avanzar en mis importantes investigaciones. Adiós a los videos graciosos, adiós a las canciones de Disney en audio latino, adiós a resolver mi vida con yahoo answers, mis dudas de geografía chilanga con google maps; adiós a mantener esa relación a distancia que tan bien funcionaba gracias a internet, con intercambio de canciones, fotos, poemas y sueños por links que construían lo que somos juntos. Todo está consumado. Bajo a la cocina en busca de interacción y me entero de que mi sobrino se graduó del kínder y de que mi hermana otra vez está embarazada. Platicamos como nunca y al final de la tarde jugamos lotería, sin inbox, sin descargas. Las cartas, al menos, tendrían que ser touchscreen.
César Cañedo
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